Implantes cerebrales: el futuro de la interfaz hombre-máquina

Los implantes cerebrales prometen transformar el futuro de la medicina, impactando en la vida diaria de millones de personas. Una muestra más de que el futuro del sector asegurador depende en gran medida de su capacidad de adaptación.

La posibilidad de que nuestra mente sea capaz de controlar un dispositivo electrónico, como un teléfono móvil o un ordenador, parece algo salido de una película de ciencia ficción. Pero la realidad es que, durante este año, la empresa Neuralink, (la startup en la que Elon Musk ha invertido cerca de 100 millones de dólares) ha presentado un prototipo de su nuevo implante cerebral.
Esto ha sido posible mediante la implantación de un neurochip conectado al cerebro de un cerdo llamado Gerturde, con el que se ha conseguido recopilar información digital en tiempo real. Actualmente, ya se usan implantes cerebrales con neuroestimulación, sin embargo, este tipo de implantes permite explorar nuevas posibilidades que se están abriendo paso en el campo de la ingeniería neuronal.

¿Cuál es el objetivo de estos nuevos implantes cerebrales?

El uso de estos implantes cerebrales podría ayudar a personas con algún grado de parálisis cerebral a recuperar parte de su independencia motora, o incluso del habla, recurriendo a la interacción entre la información procesada por el neuroimplante y el control de máquinas y otros dispositivos electrónicos, a través de la comunicación inalámbrica. Gracias a este tipo de intervención, las personas que utilicen el implante podrían incluso expresar su creatividad en actividades de ocio, como la fotografía, el arte o incluso la escritura.
A medida que la tecnología avanza, se descubren nuevas vías de comunicación cerebral que dan acceso a un campo más amplio de la información neuronal.

¿Cómo funciona un implante cerebral?

Gracias a la neurocirugía, el implante se coloca en el cerebro para poder conectarse a miles de neuronas y registrar así su actividad. A continuación la información obtenida de las neuronas y su actividad se interpreta a través de un procesamiento digital en tiempo real. Esta interpretación permite así enviar nuevos datos al implante que, a su vez, enviará señales eléctricas para estimular determinadas neuronas previamente identificadas.
Estas señales / estímulos enviados por el implante permiten al cerebro iniciar una acción (por ejemplo, la ejecución de una acción motora), como la capacidad de controlar máquinas, ordenadores o dispositivos móviles. La comunicación entre el implante cerebral y el equipo electrónico se realizaría mediante tecnología Bluetooth, permitiendo así una mayor movilidad para el usuario.
Recurriendo a algoritmos de Inteligencia Artificial y con la ayuda de la experiencia acumulada por los usuarios del implante, las actividades desarrolladas podrían ser cada vez más avanzadas y complejas, permitiendo así una mayor libertad de movimiento, habla o pensamiento.

¿Este tipo de implante será seguro?

Los ensayos clínicos del proyecto de Neuralink todavía no han comenzado, por lo que ni la seguridad ni el rendimiento de estos implantes cerebrales están garantizados. Por ahora el diseño del propio implante y los procedimientos técnicos de la cirugía son el tema primordial del proyecto. Pero también se están incluyendo innovaciones técnicas con el objetivo de mejorar la seguridad de la cirugía en comparación con la neurocirugía robótica actual, que ya utiliza implantes para tratar determinados tipos de enfermedades, como el temblor esencial o el Parkinson.
Existe siempre el riesgo asociado a la anestesia general, pero en el caso de este nuevo implante se espera reducir el tiempo de la cirugía e incluso eliminar por completo el uso de la anestesia. ¿Cómo? Mediante el uso de un robot neuroquirúrgico, que será el encargado de introducir los electrodos de forma precisa y eficiente, a través de un pequeño orificio en el cráneo de hasta 23 mm de diámetro. Combinando este procedimiento con otros avances en cirugía robótica, será posible eliminar la anestesia general e implantar el dispositivo bajo sedación consciente.
La implantación directa de un dispositivo en el cerebro conlleva cierto riesgo de hemorragia, pero este se pretende reducir a través de unos microcables diminutos, de una escala bastante reducida (micrón), que son insertados con una aguja cuyo diámetro es aproximadamente del tamaño de un pequeño grupo de neuronas. Además, como cada cable se inserta individualmente, el uso del robot neuroquirúrgico permite evitar daños en los vasos sanguíneos de la superficie del cerebro o cerca de ella.
A pesar de todo existen grupos de científicos que critican esta solución, como es el caso de Sid Kouider, ex neurocientífico del Centro Nacional para la Investigación Científica en Francia (CNRS). Kouider afirma que el procedimiento para implantar dispositivos en el cerebro es extremadamente complejo y que este tipo de cirugía, a pesar de presentar ventajas, puede ser excesivamente invasiva e implicar altos riesgos.
Sin duda, el proyecto es revolucionario, y si se lleva a cabo según lo planeado, podría tener un gran valor para la humanidad, con miles o incluso millones de personas pudiendo recuperar parte de su movilidad, su capacidad de habla o incluso la memoria. Sin embargo, este proyecto aún se encuentra en desarrollo y todavía quedan muchas preguntas por responder, desde un punto de vista ético y científico. ¿Será posible recuperar memoria con este tipo de dispositivos? ¿Esta recuperación afectará a otros campos cerebrales o a otras capacidades? ¿Podría el organismo reconocer el implante como un cuerpo extraño y rechazarlo?

¿Cuál es el impacto de estas interfaces en el sector asegurador?

Según un estudio de Deloitte sobre el sector asegurador, de aquí a cinco años, el 33% del volumen de negocio provendrá de productos que todavía no se han creado. El sector asegurador está cerca de un importante cambio. Innovaciones como los implantes cerebrales nos muestran los nuevos desafíos que se avecinan:

  • Legislación: Estas innovaciones ejercen una mayor presión en la regulación del sector. La adopción de nuevas tecnologías requiere un nuevo encuadramiento en la legislación de cada país y, según un estudio reciente llevado a cabo con más de 200 CEOs, este es el principal obstáculo para la innovación. ¿Podrá la legislación seguir el ritmo de los avances tecnológicos?
  • Entrada de los gigantes tecnológicos en el sector: El éxito de estas innovaciones acelerará la entrada de empresas tecnológicas en el sector asegurador. La capacidad de innovar y crear sinergias con servicios que ya se encuentran en el mercado amenaza con un cambio si las empresas del sector no logran aprovechar la ventaja que tienen y el conocimiento del propio sector, algo que las separa de los gigantes tecnológicos.